Los hechos dolorosos nos dejan huellas muy profundas, cada persona necesita atravesar por diferentes etapas para superarlo, pero algunas se aferran a esos sentimientos negativos que fueron producto del pasado y esto termina afectando significativamente la forma de relacionarse con los demás e incluso con ellos mismos.
Hoy quiero darte algunos consejos para liberarte de ese pasado que no has podido sanar.
La etapa de aceptación
El primer paso es la aceptación, aceptar esa experiencia exactamente por lo que fue y siendo consciente de que contribuyó de algún modo para llegar al lugar en el que te encuentras ahora mismo. Con toda seguridad la aceptación te permitirá ver los cambios que debas hacer para seguir adelante. La etapa de aceptación transforma la autocompasión o la lástima en fortalezas. Es hora de modificar el ángulo del problema para evitar que esa experiencia pasada te siga quitando la paz.
Llegar a aceptar esa experiencia por lo que fue, quizá sea de las etapas más complejas. Por ello, la próxima vez que te encierres en esos pensamientos o sentimientos relacionados a una herida del pasado lo mejor que puedes hacer es enfocarte en algo positivo que descubriste acerca de ti en esa experiencia ejemplo : más audaz, más rápido, más inteligente, más fuerte, más resistente, más creativo, más sensible, hablo de tu segundo paso: La gratitud, agradecer lo que sea que se aprendió.
No te quedes atrapado recordando el ayer, aprovecha el presente y construye tu futuro con los recursos y habilidades que descubriste.
¿A qué estás renunciando al elegir retener ese pasado?
Ten presente que cada que recuerdas ese evento te re traumatizas.
Si eliges encerrarte en esos pensamientos negativos consecuencia de heridas del pasado, estarás negandote la oportunidad de sanar. De ver el mundo con otros ojos y reconocer tu verdadero potencial que eleva la autoestima, la confianza, el poder de decisión, la paz y posibilidades de tener la vida que anhelas.
Esas experiencias deben ser nuestra motivación para ser mejores en lugar de convertirlas en nuestras prisiones. Si reconocemos la enseñanza en la experiencia y dejamos ir la emoción que conduce el comportamiento y bloqueando el pensamiento podremos extraer de lo que pasó las creencias al respecto, para descubrir si estás creencias apoyan mi presente, o si por el contrario no lo apoyan, identificar y asignarle un nuevo significado a esa experiencia.
Míralo desde otra perspectiva, por ejemplo pregúntate: ¿Qué le dirías a alguien que está pasando por lo mismo?
Convierte esa experiencia en un aprendizaje
Si tu punto de referencia para tomar acción está basado en esas experiencias pasadas que te dejaron heridas abiertas, posiblemente el resultado que obtengas puede ser igual o más negativo de lo que ya sucedió.
Ten esto en cuenta, la próxima vez que tengas que pasar por una experiencia que consideres negativa, recuerda que es solo una experiencia y pon en práctica tu inteligencia emocional, la herramienta más adecuada para hacer frente y salir ganador.
Recuerda que lo importante no es lo que ocurrió, sino la interpretación que le diste al evento. El pasado ya no existe, lo que perdura es el recuerdo que guarda tu mente y la huella neuronal que se grabó en tu cerebro. Por lo tanto, no se trata de borrar el acontecimiento de tu mente, sino de que lo aprendas a interpretar de otra forma, de manera que no te dañe ni te impida avanzar.
Por último, si tus creencias alrededor de esas experiencias no son claras, puede ser justamente la razón por la que no logras dejar ir ese pasado que te impide evolucionar.
Es allí donde será necesaria la ayuda de un Coach Holístico, te ayudaré a dejar ir ese pasado con un proceso seguro y la técnica adecuada. Decídete a dar el siguiente paso hacia tu crecimiento personal, agenda una sesión conmigo e iniciamos un cambio ahora.