Todos en un momento determinado hemos respondido al miedo de forma reactiva o por el contrario nos ha paralizado.
El miedo es una respuesta de la intuición y el instinto para mantenernos a salvo, entonces desde este ángulo, podríamos decir que el miedo es una emoción necesaria y que en la mayoría de los casos no es un peligro real, es la señal de un peligro aparente.
Al reconocerla como una emoción necesaria podremos sacar provecho de ella. El miedo es la alarma que nos avisa cuando estamos entrando en una situación de peligro físico o emocional, algo así como la luz del semáforo cuando cambia a amarillo para advertir que debemos parar o iniciar la marcha.
De igual manera también puede ser usado como la motivación para alejarnos de una situación que prende las alarmas de auto protección, como sería el caso de una relación tóxica.
Muchos habrán escuchado “conquista tus miedos” o “ confronta tus miedos” “conoce tus miedos” “evade tus miedos”, pero nunca nos han enseñado a entender esta emoción de miedo y para poder experimentar la vida libremente sin que la veamos como una emoción limitante.
Al saber como funciona desde el aspecto físico, emocional y mental será más fácil reconocerlo cuando se presente y evitaremos quedar atrapados en él.
El miedo creado por experiencias del pasado queda grabado en el cuerpo y la mente marcando tu vida por segundos o años y en este último creando grandes estados de estrés y reactividad en el presente.
Cuando te dejas atrapar por el miedo prácticamente quedas congelado en el tiempo y tu habilidad de pensar con claridad y tomar decisiones acertadas se anula.
La toma de decisiones, como aprendemos y cómo determinamos que es fácil o difícil se realiza en la Corteza prefrontal.
La amígdala es la “alarma” que revisa constantemente la información que llega al cerebro a través de los sentidos con el fin de detectar peligros para crear una respuesta inmediata, “flight or fight” que traduce volar o pelear y alejarnos de la posible amenaza, cuando este detector de peligro se activa bloque la corteza prefrontal y la capacidad de responder ante la amenaza queda bloqueada y se inicia una reacción química que si es sostenida por largos periodos de tiempo crean debilidad y terminará agotando los recursos de regeneración celular, hormonales y así como debilitamiento del sistema inmune y cuerpo energético.
El hipocampo es quien regula la amígdala, cada vez que el hipocampo aumenta de tamaño la amígdala se disminuye nuevas conexiones neuronales se crean, por ejemplo cuando meditamos o hacemos ejercicio, pero si el hipocampo se disminuye de tamaño por estrés miedo y preocupación mueren neuronas y la amígdala aumenta su tamaño. esto a nivel físico.
A nivel mental nos volvemos más críticos y buscamos justificar todo lo que hacemos, no asumimos responsabilidad por miedo, entramos en un estado donde predominan los pensamientos negativos.
A nivel emocional si nuestro estado mental es de constante miedo y por largos periodos de tiempo estaremos alimentando la rabia, la frustración y el juicio entre otros y eliminando recursos importantes que son opuestos al miedo, como la creatividad y la imaginación las cuales son habilidades tan necesarias para crear armonía en nuestro diario vivir.
Es de aclarar que estar alerta no es igual a un estado constante de miedo.
Es importante reconocer que el miedo no vive afuera de nosotros, él solo vive en nuestras mentes y nuestro cuerpo, por otro lado la vulnerabilidad, la amenaza, y el peligro si existen en la vida real, por lo tanto el miedo como emoción es la activación para que estés alerta a esa posible vulnerabilidad, amenaza y/o peligro.
Si en verdad deseas estar en control y cuidar de tu salud, es necesario tener clara la percepción que tienes de esta emoción, especialmente los miedos del pasado.
¿Le tendrías miedo a quien viene a salvarte?.
¿Prefieres perder la oportunidad de conocer cuál es la razón de su presencia?
Para vivir la vida completamente libre es necesario dejar ir los miedos. De lo contrario estaremos permitiendo que alguien o algo la controle a través de lo que percibimos como miedo.
Pregúntate:
¿Cuáles son los aspectos de mi vida que son controlados por el miedo?
¿Estoy usando el miedo como una forma de control o estoy siendo controlad@ por el miedo?
¿Uso el miedo como forma de condicionamiento?
Las respuestas a estas preguntas te pueden ayudar a identificar lo que necesitas para sanar lo que has venido ignorando o evadiendo ya que te has quedado atrapad@ en la emoción.
RECUERDA EL MIEDO NO TE MANTIENE NI TE MANTENDRÁ A SALVO
El estar consciente y abierto a las posibilidades, aprender nuevas habilidades y estrategias te darán mejores resultados para mantenerte a salvo.
La terapia de liberación emocional también conocida como terapia de Matrix puede ser de gran ayuda.
